Desde Salta, una de las provincias con tasas más altas de femicidios en el país, es cada vez mayor el reclamo de una justicia con perspectiva de género. Sin embargo, quienes deben ejercerla son denunciados por lo mismo que incluso a veces deben juzgar: violencia de género.
El último caso que se supo fue a raíz de que los propios policías que llegaron a asistir a la mujer del fiscal federal Francisco Snopek, también fueron agredidos. Luego de ese episodio su exesposa finalmente decidió denunciarlo por violencia de género. La jueza Claudia Puertas, en tanto, lo absolvió por privación ilegítima de la libertad; decisión que apelará la fiscal Luján Sodero que indicó que hay hasta videos de cómo el fiscal se niega a abrirle a los policías hasta que llega el comisario de la seccional.
Como en otros casos, la violencia que ejercería Snopek hacia las mujeres no fue solo en el ámbito privado, sino también laboral. Así las cosas, en los últimos días sumó una denuncia de una defensora oficial federal, Clarisa Galán que ya lo había denunciado en el 2019 ante la procuración del fuero federal. Galán contó que le costó asumirse como víctima, hasta que que se percató de la violencia que sufría nada más ni nada menos que un 8 de Marzo. Aquel día, indicó decidió no hacer paro pero si dar unas palabras alusivas al día del paro de las mujeres durante una audiencia oral que compartió con el fiscal. Ante el rechazo del juez de no cederle la palabra a la defensora, el fiscal Snopek decidió levantarse de la audiencia. A raíz de estas últimas noticias se supo de la complicidad con la que contó de sus pares judiciales en Jujuy, para que se desestimaran las denuncias que allí también se radicaron por violencia de género, motivo por el que fue trasladado a Salta hace nueve años.
Pero el caso de Snopek no es un caso aislado, solo se suma al de otros que demuestran el urgente cambio estructural que se necesita mientras la Corte de Justicia se mantiene en silencio ante cada nueva denuncia.
Juez Federico Diez: quien tiene una causa de 2016 por violencia contra su pareja. En agosto de 2018 lo suspendieron del cargo durante dos años y cuatro meses, pero como la causa nunca avanzó y no se elevó a juicio, en 2020 retomó su cargo como titular de la Sala VII del Tribunal de Juicio de Distrito Centro. Luego de eso, estuvo en un juicio por un caso de femicidio, lo cual fue repudiable por la familia de la víctima.
Otro caso es el del Juez de Familia, Víctor Raúl Soria, denunciado por violencia de género por la defensora oficial Natalia Buira. Luego de múltiples reclamos de la denunciante, en septiembre de 2021 ordenaron al juez la prohibición de acercamiento. En marzo pasado Soria violó la perimetral y fue imputado por desobediencia judicial. Además tiene una denuncia de violencia por su ex pareja y por violencia institucional, por negarle el aborto a una niña de trece años en 2014.
Ezequiel Molinati es otro ejemplo de que sumar causas de violencia de género no es condición excluyente para pertenecer a la justicia. Molinati fue denunciado por su ex pareja en 2011 por amenazas de muerte y maltrato. Otra vez, en 2017, fue denunciado por otra mujer que lo acusó por lesiones y amenazas. Sin embargo, en 2020 fue designado fiscal penal del distrito judicial del centro.